Abuelo José

José Silerio Morales nació en Durango, México. De niño, iba a la escuela durante el día y trabajaba por las tardes cuidando chivos. Recuerda que tan fuerte era el olor. Compartió que no importa cuántas veces se bañaba en el río, no podía quitarse el olor. Sus compañeros se burlaban de él en la escuela y por eso la dejó.

Cuando era joven, soñaba con una vida mejor, una que creía que estaba en los Estados Unidos. Cruzó la frontera de Texas y consiguió un trabajo recogiendo cerezas. No pasó mucho tiempo antes de que se descubriera su condición de ilegal y fuera deportado a Tijuana. No le gustaba la zona, pero tampoco quería volver a Durango. Viajó un poco hacia el sur y se instaló en Ensenada.

José trabajó en un rancho cuidando el terreno y los animales hasta que ya no pudo. Nunca se casó, nunca tuvo hijos. En cambio, dedicó su vida a trabajar, siempre tratando de obtener más dinero. Algo que ahora considera un desperdicio. Mientras reflexiona sobre su vida, dijo: “La gente piensa que el dinero compra la felicidad, pero no es así. Sea una buena persona, ayude a los demás. Eso es lo importante ".

José llegó a Casa del Abuelo en abril de 2018. Antes de llegar, sufrió un derrame cerebral que lo dejó con un uso limitado de un lado del cuerpo. Puede caminar despacio, alimentarse y vestirse solo, y hace ejercicio todas las mañanas con la esperanza de mejorar su movilidad en su lado afectado. Su pasatiempo favorito es escuchar la Biblia en audiolibros y hablar con los otros Abuelos.

Apoya a los abuelos

La Casa del Abuelo atiende a más de 20 abuelos a la vez. Operan íntegramente con donaciones para cubrir los gastos operativos de agua, gas propano, gasolina, transportación, comida y medicina. Si gustarías apoyar a los abuelos por favor comuníquese directamente con la Directora Angelica Maria Vargas Ramirez por telefono 646.139.22.07 o enviar mensaje a vargasangelica@live.com.mx

         

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